Durante la primera semana de mayo de 2024 se abrió un paréntesis en el curso escolar que me ofreció una experiencia de aprendizaje y crecimiento profesional que me ha dejado una profunda huella.
Berlín ha sido mi primer destino como viajera en solitario. Aterricé un domingo por la mañana y me cautivó desde el primer minuto. Todo era diferente y a la vez tal como lo esperaba: multicultural, independiente, enorme, de muchos colores y gris a la vez… En Berlín se respira la historia reciente, los acontecimientos que marcaron desde el siglo XX a la Europa actual: dos guerras y un muro que separaba mucho menos de lo que pretendía.
No podría elegirse un lugar mejor que Berlín para aprender de conflictos, de la importancia de aprender sobre la diversidad como valor, del respeto a las diferencias y la capacidad de interactuar en armonía entre otras maneras de entender el mundo. En Berlín caben todas las razas y caracteres humanos en sus ecosistemas sociales, ideológicos, históricos, religiosos y culturales. En la calle se respira todavía el dolor de la guerra, se ven las cicatrices de terribles acciones contra la humanidad que contrastan con la vida abriéndose camino.
El respeto a las diferencias parece la clave de la supervivencia. Aceptar que la convivencia es un asunto complejo, ya que implica consecuencias motivadas por cambios. Los cambios alimentan los prejuicios y solo si se superan podemos descubrir que las personas tenemos más en común de lo que creemos, a pesar de las diferencias que mostramos.
Diversity is the mix.
Inclusion is making the mix work. (Andrés Tapia)
Ser conscientes de nuestras fortalezas y nuestras creencias limitantes es la clave para la auto-regulación y la empatía que nos permite interactuar con el mundo que nos rodea. Las creencias limitantes, muchas veces en la base de los conflictos que enfrentan a las personas, pueden transformarse en aprendizajes y oportunidades en lugar de obstáculos.
Mientras preparaba mi maleta, escuchaba a muchas de esas creencias limitantes sobre las que después pude aprender junto a mis colegas profesores y profesoras de Grecia, Lituania, Austria, Canadá, Italia, España, Bélgica, Francia… “No vas a superar tus miedos”, “no vas a ser capaz de salir sola”, “no vas a encajar”, “no vas a poder desconectar de tus responsabilidades”… Poco a poco, a medida que avanzaba la semana, la voz se oía con menos intensidad y la experiencia en el centro de estudios EuroPass me devolvía la confianza en mí misma. Después o antes de las clases tuve la oportunidad de hacer y ver muchas cosas, por primera vez en sola o disfrutando de la compañía de mis compañeras.
A la vuelta, me encontré al IES La Mola sano y salvo… Y pude ver con las gafas de Berlín la diversidad que nos acerca y las creencias limitantes que todavía quedan por superar. El conflicto es inevitable, pero hay herramientas. Conocerlas y conocernos será la clave para la supervivencia en un entorno complejo y a la vez lleno de oportunidades.
Verónica Padilla Monserrate
Directora del IES La Mola